11/7/08

Las letras con sangre entran



La maestra Paquita llevó a Gaby a la dirección. Pocas veces se le había visto enojada, balbuceaba palabras incoherentes, gritaba, escupía y manoteaba.
Paca, como le llamaban sus alumnos, se sentía ofendida y defraudada. Cálmese Paquita —le dijo la directora.
La maestra respiró y dijo: —Esta niña es una rebelde, una anarquista, usted sabe cómo me preocupo por mejorar la lectura de mis alumnos, hoy les traje unos materiales muy interesantes: las biografías de personajes trascendentales en la vida política y cultural de México, como Aurelio Manrique, Vasconcelos, Gilberto Owen y muchos más. A Gaby le tocó el ilustre Doctor Atl. Cuando le pregunté acerca de la obra del Doctor, me dijo que no la había leído porque estaba muy aburrida y ni siquiera traía dibujitos.
—Así que a esta niña le parece poco interesante el material que su maestra le eligió—. Gaby la miraba de soslayo. ¡Estaba más interesada en ver qué grandes eran los zapatos de la directora que en escuchar el discurso, que por cierto no entendía!; porque cuando vino su abuelo le leyó la obra completa de Emilio Salgari, y ella creyó que la lectura era divertida. Estaba pensando esas cosas raras cuando sintió la mano de la directora sobre sus hombros y escuchó la sentencia: —Ya que no quisiste leer en tu salón, ahora vas a leer para mí en voz alta.
Paquita acercó la hoja a la cara de Gaby y le dijo en tono agrio: — Lee, ¡que leas! Como única respuesta se escuchó un extraño ruido e inmediatamente después empezó Gaby a vomitar letras, y sangre, muchas letras y coágulos de sangre; sobre la hoja, el escritorio, las maestras, la dirección, los salones se empezaron a inundar, los niños se tuvieron que subir a las bancas y algunos arrojaron barquitos de papel que chocaban contra las letras y se hundían entre la viscosa sustancia púrpura.
En la marquesina de la entrada de la escuela, curiosamente, se quedaron pegadas letras que formaban la leyenda: “La letra con sangre entra”.
Los vecinos, muy asustados, avisaron a los bomberos, al escuadrón de rescate, a los zorros y al grupo antimotines. Los arrojados elementos de la Cruz Roja en una maniobra perfecta lograron colocar un tapón en la boca de la pequeña Gaby, con el fin de cerrar el borbollón.
Fue trasladada al Centro Médico Siglo XXI donde los más prestigiosos galenos llegaron a la conclusión de que la niña fue intoxicada con moronga descompuesta revuelta con sopa de letras.
Desafortunadamente, la ayuda médica había llegado muy tarde porque la pequeña se había vaciado completamente. Arrojó de todo, el abecedario completo con mayúsculas y minúsculas, sujetos, predicados y una muy grande y soez lista de adjetivos calificativos.
Consternados, los médicos entregaron el dictamen a sus padres:
Nombre de la paciente: Gabriela Durán de la Cruz.
Sexo: Femenino, Edad: 8 años. Presenta disociación neurosimbólica de ambos hemisferios, izquierdo y derecho. Se manifiesta con retraso verbal y amnesia irreversible de las habilidades cognitivas. Puede ser hereditario y avanza al desarrollo motor. Olvido total e imposible recuperación del conocimiento de los signos lingüísticos.
Ante tan cruel destino la niña fue confinada a permenecer encerrada en su casa. Para ello, sus padres trajeron a una muchacha del pueblo para que la cuidara durante el día.
Gaby se adaptó rápidamente a los cuidados y el buen humor de Petroncia quien no pensaba durar mucho tiempo en la ciudad porque había dejado un amorío inconcluso en su pueblo. Y para mantener vivo el sentimiento amoroso leía con vehemencia todo tipo de novelas amorosas.
Al principio Gaby no entendía la afición de su amiga, pero como ésta releía hasta cuatro veces cada historia, la niña poco a poco fue sintiéndose atraída por esas maravillosas lecturas.
Ante el asombro de sus padres y contra los designios de la ciencia Gaby fue descubierta un día leyendo La familia Burrón.
La Secretaría de Educación Pública retomó el caso y se dice que en el próximo ciclo escolar va a haber cambio en los planes y programas de educación primaria ya que se trabaja con la propuesta de la doctora Petrovika, graduada en la Universidad de Moscú.
La innovadora teoría pedagógica significativa de la lectoescritura pretende acabar con los rezagos educativos y los vicios pedagógicos. También se dice que la doctora Petrovika no va a poder supervisar directamente el proyecto porque tuvo que regresar a su lugar de origen, ya que dejó otro proyecto inconcluso y es de suma importancia que lo atienda.
Gaby se incorporó exitosamente a la vida escolar, el único problema que enfrentan sus padres es tener que esconder muy bien el dinero del gasto, ya que Gaby, a la primera oportunidad, lo toma y se va al puesto de periódicos más cercano a comprar Lágrimas y risas, El libro vaquero, Novela pasional, Almas perversas, Los Simpson, Novelas de maestros y toda una gama de novelitas, aunque sus padres tienen dudas sobre si favorecen o no a su desarrollo intelectual.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Agridulce el final jaja

Pobre gaby yo en su lugar hubiera preferido seguir con su "condicion" a pasar el resto de mi vida leyendo basura.

buen post saludos

Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...
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Ricardo dijo...

No sé donde empatan este cuento con lo del post de Hazme? Pero ya que lo sacas a colación, dejame decirte que no fue error por ignorancia, fue un error de escritura.

Saludos!

Anónimo dijo...
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jaime duende dijo...

chinga contigo, porque borras mis comentarios, no mames creo que voy a llorar, no sabes cuanto me duele bua bua bua